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jueves, 9 de agosto de 2012




Michael Phelps - Ryan Lochte
Hace unos días citábamos las declaraciones de Lochte en torno a la abstinencia de sexo durante los días de competencia, así como también de su frecuente necesidad de orinar en la pileta. Esto ha generado cierta complicidad con nuestros lectores, donde mas de uno ha citado a sus amigos en forma de escrache para que se haga cargo de la misma conducta que Lochte en sus horas de entrenamiento.
Pero llegó Michael Phelps y, con la autoridad propia del mejor deportista olímpico de la historia, puso fin a la controversia: “todo el mundo orina en la piscina”, dijo al diario estadounidense The Wall Street Journal. El atleta con más medallas en la historia de los Juegos reafirmó lo dicho por su amigo: “es algo normal para los nadadores. Cuando estamos en el agua durante dos horas no salimos afuera para orinar. El cloro lo disuelve así que no es tan malo”, señaló.
Recordemos que Lochte había admitido que orinó en una de las piscinas de los Juegos de Londres. Y explicó su razonamiento de la siguiente forma: “Hay algo en el agua con cloro que hace que automáticamente te dejes llevar”.
Así, Phelps y Lochte han desnudado en la opinión pública una de las polémicas que más inquieta al mundo del deporte acuático. No lo digo ni por el doping, ni por las mallas que terminaron prohibiéndose, sino por la frecuente práctica de muchos (por no decir todos) que orinan en la pileta. Pero a esos les digo que tengan cuidado, que hay piletas en las que se utiliza un liquido que se activa con la orina y tiñe el agua de un azul intenso, dejando en evidencia al “orinador” (quienes hayan visto la pelicula “Son como niños”, protagonizada por Adam Sandler, lo habrán conocido).
Planteada la polémica, llegó la hora del sincericidio. El que se encuentre libre de pecado, que tire la primera piedra.

                                                                                                                                                             www.swimcrunch.com.ar

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